Clarín

Lorena Ribichini  y Mariana Moreau emigraron a Madrid hace seis y cuatro años. Visto desde acá, no hubo nada singular en el porqué: mejores oportunidades para sus parejas en las industrias del retail y la energética.

Pero ellas hoy sí son singulares desde allá.

Las dos de 45 años, emigraron con hijos chicos que ahora son adolescentes y tuvieron las mismas dudas que las mujeres que les escriben a Argentinas en Madrid, la enorme comunidad virtual que convirtieron en un trabajo.

Así ellas encontraron su mejor oportunidad. Emprendieron en un nicho que, a fuerza de despedidas permanentes en Ezeiza antes de abordar vuelos de Iberia y al ritmo del boom de solicitudes para obtener la ciudadanía española por la Ley de Nietos, no para de ofrecerse por Instagram.

Ya se puede decir que en España hay un segmento pujante de argentinos que viven de ayudar a emigrar a otros argentinos.

No es ad honorem (cuando empiezan las preguntas). No son consejos turísticos (nada más). Tampoco es un tema de gestoría (únicamente).

Es gente que estuvo ahí. Que tiene sus propios papeles frescos. Que superó el duelo territorial y emocional (sin la connotación triste) de arrancarse de raíz para plantarse de nuevo, pero en Europa.

Exactamente, en España. El destino más elegido hoy por quienes nacen en estas tierras y se van para no volver.

Las amigas y socias del primer párrafo (se conocieron en 2019 por una amiga en común en España) brindan asesorías en las que les consultan desde «¿Cómo emigro sin la ciudadanía?» hasta «¿Qué barrio es mejor para vivir?», pasando por «¿Cuál es el mejor tipo de colegio?», porque están los públicos, los privados y los concertados, que reciben subsidios pero igual muchos cobran cuotas.

Pero una vez que llegan, no termina el vínculo con estas asesoras.

«Hay mil preguntas más, como ¿Sanidad pública o privada?, ¿Qué trámites tengo que hacer al llegar?, ¿Cómo obtengo el carnet de conducir?, ¿Cuánto se gasta en supermercado?, ¿Qué otros costos de vida tengo que considerar?», enumeran.

Ahí es cuando empieza la comunidad. Que es sin costo.

Estrenaron una web de acceso gratuito en la que clasificaron toda la información que se iba compartiendo en los grupos de WhatsApp. Crearon una guía de servicios para promocionar negocios de compatriotas. Pero el valor agregado de este emprendimiento es que de verdad hay encuentro. Del presencial.

Tienen grupos divididos por zonas geográficas, desayunan en confiterías argentinas -«Para apoyar a emprendedores que emigraron»-, hacen asados y juntadas generales en el centro de Madrid. Y hasta hay eventos en los que presentan a la comunidad «a las argentinas que llegaron hace menos de un mes».

Ahí empieza la cercanía.

«Cuando estás fuera de tu país y buscás pediatra, te gustaría más un pediatra argentino. Que sepa de dónde venís, que te conozca un poco más. Lo mismo te pasa con un psicólogo, una nutricionista, con las cuidadoras, profesores de yoga, y así», cuenta Lorena.

En ese sitio los argentinos (no importa el género) pueden «postularse» y buscar lo que necesitan. Hay desde expertos tributarios hasta asesores inmobiliarios y una bolsa de trabajo donde emprendedores buscan otros argentinos para desarrollar sus negocios.

Haber estado ahí

​Si se elige ir más allá de leer los posteos en los grupos de Facebook para emigrar a España, buscar asesoramiento argento va de los 5 mil hasta 14 mil pesos por una consulta virtual, con camarita, absolutamente personalizada. Después están los paquetes, con gestoría incluidas (desde 40 mil pesos el más básico), para visas, ciudadanías, alquileres y demás.

En este «servicio» pago, ¿qué es lo que más suma de ese haber estado ahí? 

«Nos pasó cuando nos conocimos. Que veías a otra argentina y querías pegarte a esa persona. Compartir tus vivencias y escuchar otras. Es lo que les pasa a todos: aprovechar la experiencia de lo bueno que es estar en un país que te da más oportunidades, pero, del otro lado de la balanza, todo lo que falta, lo afectivo, que es muy difícil de reemplazar acá, porque no tenés la misma vida social que en Argentina«, describen.

«Acá no tenés a alguien con quien contar si tenés a un hijo enfermo o tenés que ir a hacer un trámite o ir a buscarlos. Estamos todos como muy solos. Un día dijimos: ‘Hoy nos encontramos nosotras, pero tiene que pasarle a muchos argentinos más. No puede ser que en Madrid no nos crucemos los argentinos’. Así nació el Instagram.«

Esa cuenta tiene más de 22.000 seguidores y los grupos de WhatsApp llegan a 1.500 miembros. El marido de Lorena ya arrancó con un spin off de esto: Argentinos en Madrid.

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